La Mencía y sus reinos

A pesar de que hace no tanto tiempo, en la entrada de Castilla  y Leon mencionábamos al Bierzo Leonés y a su vecino gallego Orense particularmente con sus denominaciones Valdeorras, Monterrei  y Ribeira Sacra. Ahora que pretendía hacer un seguimiento a “Las Doce Selecciones”  justamente me daba cuenta de que aquella de diciembre del 2010, que era la que quería compartir con ustedes, Casar de Burbia, es precisamente de la D.O. Bierzo por lo que quisiera ser un poco más específico con su uva estrella, principalmente la tinta Mencía.

 

Vamos por partes, como ya más o menos lo daba a entender en la entrada de Castilla y Leon, los reinos de la Mencía se dividen en dos comunidades autónomas, la antes mencionada y Galicia, y como nos podremos imaginar, es precisamente en las regiones aledañas en donde se juntan, que podemos encontrar el varietal en su máxima expresión. Aunque desafortunadamente los vinos hechos con esta uva no son precisamente los más entendidos en México, yo sí los considero con una clase y elegancia incomparables y definitivamente me gustaría tenerlos en el catálogo de línea, aunque, si algo sobra en la oficina, son los proyectos en fila, así que en este tema no se ve nada en el horizonte cercano.

 

Antes de pasar al tema de bodegas y personajes regionales, quiero dejar en claro que para mí el mundo del Bierzo y anexos no se limita a la Mencía, tengo bastante clara la importancia y el crecimiento que ha tenido la Godello en el gusto de los consumidores de blancos en los últimos años hasta lograr colocarse como el principal contrapeso regional de la Albariño, mítica en estos escritos, así como la simpática Prieto Picudo, que para mí otorga productos bastante agradables pero, bueno, en esta ocasión quería hablar de la que da el título a las letras de hoy.

 

 

Volviendo a la conexión con “Las Doce Selecciones”,  tuvimos la oportunidad de colaborar con una bodega que admiro y aprecio mucho que es Casar de Burbia, indiscutible referente de la D.O. Bierzo, con diversas líneas de productos, todas ellas en rango medio-alto de una viticultura basada principalmente en la Mencía. La selección aquella vez fue la que lleva el mismo nombre que la bodega. Dignos de mencionarse también sus vinos Hombros y Tebaida. Aprovecho para mandar saludos a Isidro, su dueño y enólogo, a quien hace ya algún tiempo que no tengo oportunidad de saludar en persona pero siempre mostró mucha amabilidad hacia nosotros.

 

En la misma denominación de origen también tiene bodega y viñedos nuestra gran amiga y aliada Martín Códax de quien ya hemos hablado bastante en estos escritos y  también mandamos como selección del club a Pizarras de Otero, una de sus etiquetas regionales. Como anécdota curiosa, estuve presente en aquel Toks en Toluca, cuando se estrecharon las manos sellando la compra- venta de la bodega en esa zona y que se encuentra justo al pie del Camino de Santiago.

Para terminar el blog de hoy, quiero mencionar que en todas las denominaciones y regiones vinícolas del mundo con un grado de importancia e interés existen esos tótems, aquellos enólogos de culto que hacen las cosas de una forma distinta, que se atreven a experimentar, a hacer grandes vinos que se llegan a convertir en leyenda. Aquí tampoco hay excepciones, está ese icono, ese nombre, Raúl Pérez, a quien todavía no tengo el gusto de conocer en persona, pero con quien comparto alguna amistad y tal vez con un poco de suerte no falte mucho tiempo para poder hablar de vino, obviamente con más de alguna copa como testigo.

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