Antes de remontarme al año de 1999 que fue cuando tuve la inmensa fortuna de conocer la zona de las Rías Baixas en la parte sur de Galicia, lo cual fue un encuentro que marcó mi vida en muchos aspectos, me voy a tener que ir tres o cuatro años antes, a mis tiempos de universitario estudiando la carrera de comercio internacional. Eran épocas en las que México acababa de entrar al TLCAN y la palabra exportación era el pan nuestro de cada día, por lo que por diferentes azares y conocidos, mi compañero, gran amigo, chiva hermano y en aquel entonces socio Mauricio Ballesteros y yo nos dimos a la tarea de ofrecer nuestros servicios como agentes exportadores externos a algunas tequileras e incluso yo después por mi parte hice varios intentos de registrar alguna marca para ser maquilada por algunas de estas tequileras y comercializada y exportada por mí, aunque al final de cuentas, y desafortunadamente, ninguno de estos esfuerzos dio ningún fruto real.
Se preguntaran, ¿qué tienen que ver esas aventuras tequileras con las Rías Baixas? Pues algo muy importante, que la inquietud por hacer una vida dedicada al comercio internacional de bebidas alcohólicas interesantes y diferentes se había quedado muy arraigada, lo que me lleva a seguir adelante con la idea original de este blog.
Fue entonces cuando en el mencionado año del 99, y el master en Santiago de Compostela llegaba a su recta final y la única parte que quedaba era un periodo de tiempo trabajando en una empresa con filosofía exportadora, insistí -según yo, hasta donde las buenas maneras la permiten- a Miguel Otero, director y que a su vez estaba encargado de asignar a qué empresa iba cada alumno que me pudiera colocar en alguna empresa vitivinícola. Con tan buena suerte que en Bodegas Martín Códax (líder de la denominación de origen Rías Baixas) decidieron abrirme las puertas y aceptarme en su equipo de trabajo aunque con el paso del tiempo me confesaron que en su momento les pareció una situación extraña el hecho de que un mexicano colaborara en su departamento de exportaciones.
El cambiarme a vivir de Santiago a Cambados esa una de las experiencias más importantes que he tenido ya que me dio la oportunidad de conocer otra cara de Galicia, la vida rural, el valle de Salnés, esa incomparable belleza natural que da el contraste entre bosque, viñedo y mar, todas las villas y aldeas como El Grove, la Isla de La Toja, San Xenxo, Porto Novo o playas como la Lanzada, y muchas otros elementos que conforman la zona de la Rías Baixas, que para mí eso uno de los rincones más impresionantes que puede haber y eso de que como pueden ver, hasta aquí no he tocado el tema de la gastronomía, que junto con las anécdotas del trabajo en la bodega van a dar para más de alguna continuación de este blog.