¿Fumas puros Habanos o puros engaños?

 

Comienzo este blog diciendo que el título del mismo no se me ocurrió a mí, lo leí hace aproximadamente quince años en una revista, Epicure, si mal no recuerdo y me pareció por demás ocurrente y apegado a la realidad, por lo que espero que no haya problema con nadie al atreverme a usarlo.  

Para todos aquellos que nos apasiona el mundo de los sabores y todas aquellas experiencias sensoriales relacionadas con el mundo de la gastronomía, enfrentarnos a un puro cubano ORIGINAL o Habano como lo dice su denominación de origen es una experiencia por demás importante, enriquecedora y completa ya que hace que intervengan prácticamente todos los sentidos: desde la vista cuando se abre esa hermosa caja de caoba, a veces natural, otras  protegida con  barniz y otras forrada con vistosas calcomanías con logos e imágenes representativas de las marcas, y se presenta la primera capa de puros con hermosos colores que van desde los marrones oscuros, hasta los muy claros que nos pueden recordar al café con leche pasando por lo cobrizos, colorados, etc., dependiendo de a qué marca nos estemos enfrentando, y qué decir de la uniformidad en el quemado o el color de la ceniza cuando está prendido.

El tacto tampoco se queda fuera de esta fiesta: tocar un habano, ya sea apagado o prendido en condiciones exactas de humedad, es una parte muy importante del ritual en cuestión.

 

 

Posteriormente entra en acción el olfato que en estos casos es uno de los principales protagonistas. Ya sean apagados o encendidos, los habanos nos dan un regalo maravilloso, al presentarnos a la tierra, al sol, a la lluvia, a la planta de tabaco misma, a toda esa sabiduría que tiene la madre naturaleza y a esa hoja fermentada al estar apagado y a todos esos aromas embriagantes que nos da el humo de cuando se encuentra encendido que hacen que parezca que por unos instantes se detiene el mundo.

La explosión de sabores que se reciben cuando uno los prueba es muy comparable a la que se recibe en el mundo de la cata vinícola, aunque yo en particular considero que no son el maridaje ideal y que tanto el puro como el vino tienen muchos mejores maridajes que el que pueden lograr entre ellos mismos. Aquí se pueden encontrar elementos tan variados como las especias, los frutos negros, las notas minerales, la tierra,  los frutos secos, diferentes tipos de nueces, etc.

Entonces, si todo es tan hermoso, ¿a qué viene el título del blog? Pues a que desafortunadamente el mundo está lleno de personas muy “inteligentes”, “avanzadas” y “ocurrentes” que hacen negocio y muchas veces una forma de vida con el hecho de falsificar estos productos y tratar de engañar al consumidor final, cosa que puede llegar a pasar mientras se va iniciando en el ritual o si es igual de inteligente que los falsificadores, lo que es todavía peor ya que es doblemente engañado. Uno de los discursos más comúnmente usados es que ellos realmente conocen a un empleado de una de las principales fábricas de La Habana que se roba los originales y por eso el producto les llega tan “barato”. Lo que no se detienen a pensar tanto los traficantes como los consumidores conscientes de estos productos es que unos por ganarse y otros por ahorrarse unos pesos hacen daño por todas partes ya que debilitan la imagen del Habano al no corresponder a las expectativas del consumidor, el país productor que es Cuba deja de recibir su ingreso correspondiente y más cuando se trata de un puro de otro país disfrazado de Habano, México deja de recibir el suyo por concepto de impuestos,  y el único que sale ganando en todo esto es el falsificador.

 

Compay Segundo, el veterano trovador cubano, en pleno disfrute del humo.

 

Con toda tristeza les digo que el porcentaje de habanos falsos no solo en México sino en el mundo es mucho más alto del que todos creemos, por lo que sugiero que cada quien revise muy bien en dónde va a hacer su compra aquí en México y si se encuentra en Cuba, les sugiero las tiendas de la franquicia La Casa del Habano, la de la fábrica de Partagas o la marina Hemingway, entre otras. Si están en Europa, el problema es mucho menor ya que si los compra en los estancos autorizados por el gobierno como son los casos de Francia o España jugará a lo seguro.  En Estados Unidos el tema es mucho más fácil aún: en teoría no se encuentra ningún Habano original, en este caso solamente hay que tener cuidado de no confundirse ya que las mismas marcas están replicadas en otros países y están de forma legal en ese país.

Me hubiera encantado profundizar un poco más en el hermoso y amplio catálogo de marcas y vitolario en este blog pero al mismo tiempo soy consciente de que hay más tiempo que vida por lo que espero que poco a poco le dediquemos algunas líneas a ello, a las diferentes marcas del rey del puro: el Habano.

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