El club de los cinco

Hace algunos días leía, no recuerdo si en el periódico El País o en la Guía Peñin, sobre los principales referentes en el mundo enológico del Bierzo. También en las redes sociales Juan Palomar presentaba una lista de los principales arquitectos dentro de la escena mexicana actual, por lo que tomé esa coincidencia como base para mi escrito del día de hoy.

Hace precisamente veinte años me encontraba trabajando en Bodegas Martin Codax, época que considero mi banderazo de salida en el andar del mundo del vino, y creo que este aniversario puede ser un buen momento para hacer algunas menciones de referentes personales. 

Mi enfoque vinícola nunca ha sido como crítica especializada, de prensa,  académica ni de ningún otro que no sea comercial, por lo que no pierdo de vista que mis referentes están completamente cargados hacia esa perspectiva. Con el paso de los años he volteado a ver muchos horizontes, he cambiado de gustos personales, de socios, de bodegas (algunas han regresado). También el gusto del mercado ha cambiado: aparecieron nuevas tendencias y se fueron otras, por lo que al final de cuentas me tomó varios días escoger cinco nombres que para mí se aferraron a quedarse después de este vendaval que lleva veinte años… y contando.

El lugar donde todo comenzó: Bodegas Martín Codax

Como yo pongo las reglas: se trata de personajes con los que he tenido o tengo algún tipo de colaboración, lo que hace que su influencia sea un poco, o un mucho,  más profunda.

Los que pudieran creer que aquí podría aparecer una lista de tótems dentro del mundo del vino natural o algo por el estilo, como  algún personaje de los  austriacos Zillinger o Gut Oggau, con los que de alguna manera colaboramos; o alguien de la pionera escena francesa como Mikulski, por poner un ejemplo, sepan que no es así. Alguien habrá de Portugal, aunque ninguno de los que serían los principales sospechosos como los Douro Boys, Luis Pato o Rui Madeira, por mencionar algunos nombres; tampoco Raúl Pérez, del vecino Bierzo. La gente ligada al proyecto Brutal, ya sea en Europa, Sudáfrica o algún otro lugar,  también brilla por su ausencia. Ya no daré más nombres o ejemplos, no vaya alguien a pensar que quiero demostrar que sí sé.

Bueno, me estoy dando cuenta de que esta introducción ya se extendió casi como un escrito habitual, así que sirve que vemos cuánta expectativa causa conocer la continuación. A ver si no termino igual de triste que siempre.

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